Estamos en la era del influencer, esa figura que pretende garantizar el éxito de nuestra estrategia digital. Sin embargo, ese influenciador elegido por las marcas, la mayoría de las veces resulta ser una persona de los medios, un actor o presentador de TV, una figura importante de la radio, en resumen, una celebridad. Este hecho en sí mismo no está mal, pero si es importante analizar si es lo que realmente traerá efectividad a la campaña que estamos desarrollando.

Estoy seguro de que existen diferentes puntos de vista al respecto pero lo importante es partir desde los conceptos específicos.

¿Quién es un influencer?

Al día de hoy, el concepto más aceptado de lo que representa un influencer es el de una persona con amplio dominio de un tema, que se ha dedicado a generar contenido propio, y con él, una comunidad con la que conecta y sobre la cual genera una influencia en sus decisiones de compras o acciones. Esta persona suele mantener una conversación con su comunidad, la conoce y aprende a enviar mensajes que impactan en ellos.

Por lo general el influencer no es una persona de grandes medios tradicionales, si no que ha labrado su fama por caminos propios, principalmente basados en el “boca a boca” digital. Su target son especializados y bastante específicos, lo que los hace personas de mucha confianza para su público.

¿Quién es una celebridad?

Las celebridades en el entorno digital suelen tener un público más amplio pero muy genérico. Su comportamiento digital suele ser bastante comercial, atado a la marca que representan y con contenidos que no destacan por una creatividad propia.

Suelen ser las estrellas de las estrategias de marketing tradicional, ocupando comerciales y vallas, llenan con sus voces y acciones la radio, TV y medios impresos. Su punto débil en el área digital es la “poca pegada” que tienen al ir a lo específico. Tienen una audiencia mayor, pero muy poco segmentada, con la que su nivel de interacción es muy bajo.

Y finalmente ¿Quién es la persona ideal para nuestra estrategia digital?

De entrada ninguno de los dos es el Santo Grial de toda estrategia digital, todo siempre va a depender de nuestros objetivos y presupuestos. Sin embargo, podemos partir del hecho de que, generalmente, el mensaje entregado por una persona que cuenta con la confianza de su público es altamente probable que tenga un retorno de inversión mucho mayor que aquel que llega con un formato más tradicional. Así, un influencer es probable que cueste menos y nos brinde un mayor retorno que una celebridad. Por otra parte, si nuestra campaña es amplia, multicanal, y con un alto presupuesto, es probable que una celebridad sea la elección para llegar de forma masiva a al público.

Dada la naturaleza del Marketing Digital nuestra experiencia ha corroborado que, en la mayoría de los casos, el influencer real brinda mejores resultados, permitiéndole a la marca entrar en una conversación directa con sus potenciales consumidores a través de una recomendación que para ellos representa confianza, base del éxito en las relaciones humanas y comerciales.

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